La Productividad Laboral como elemento fundamental para definir el aumento salarial anual

El Ministerio del Trabajo citó el pasado lunes 20 de noviembre como cada año, a la mesa de concertación laboral para definir el aumento salarial para el año 2018. Aunque la negociación oficial del ajuste dará lugar el  próximo 5 de diciembre y hasta el 15 del mismo mes, empresarios y los gremios de trabajadores alistan las pretensiones que se convertirían en las propuestas oficiales, pero desde ya se prevé como una negociación difícil. Teniendo en cuenta que para poder establecer el salario mínimo cada año, hay que cumplir cinco criterios establecidos en la Ley 278 de 1996, determinados por la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales (CPCPSL) como son: La inflación, la meta de inflación propuesta por el Banco de la República, el incremento del Producto Interno Bruto, la contribución de los salarios al ingreso nacional y la productividad laboral. Siendo éste último, el de la productividad laboral que según los analistas de estrategia es el más complejo de medir, porque es éste el que debe ir más allá de los resultados esperados de trabajo, pues responde a diferentes factores como la capacitación y el esfuerzo de los trabajadores, las cifras de crecimiento laboral y de inversión entre otras variables, lo que hace compleja la medición acertada del mismo, y es por eso que se convierte en un desafío establecer el salario básico mensual para cada año, teniendo en cuenta que no existe un patrón estándar base aceptado para medir la productividad marginal de todos los sectores, como la educación, vivienda, remuneración, inventarios agrícolas etc. Se considera que en Colombia la cifra de productividad para efectos del ajuste salarial no se mide, si no que se asume, es justamente ese uno de los motivos por lo que en años pasados los empresarios y los gremios de trabajadores no han llegado a ningún acuerdo y ha sido el Gobierno Nacional quien de forma unilateral decide el porcentaje del aumento. Elaborado por: Ruth Johana Páez Molano