Con tanta incertidumbre, la reforma tributaria es la noticia más importante de la semana; sin embargo, ante tanta espera es mejor tener presente algo que fue anunciado por parte del Ministro de Hacienda: el objetivo de la reforma es tapar el hueco fiscal generado por la crisis del petróleo. En pocas palabras, la búsqueda de una alternativa por parte del Estado colombiano para no depender de este sector económico. Por tal motivo, no se espera a futuro un aumento de la economía, como tampoco, inversión en educación ni salud.
Si se realiza un análisis del impacto de esta reforma, será evidente prever que las personas más afectadas serán los empleados, con un promedio de ingreso entre dos millones a dos millones quinientos ($2.000.000 – $2.500.000), ya que directamente serán los responsables económico de asumir el IVA, el impuesto a la bebidas azucaradas y al licor; es decir, serán quienes asumen el pago adicional por el aumento de la tarifa de estos impuestos en los productos que pretende consumir. Por otra parte, será sujeto obligado a presentar declaración de renta, por lo que se hace necesario en la gran mayoría de casos, asesorarse de una persona experta, pues si bien es cierto que el Gobierno procurara que la presentación de la declaración sea más “fácil”, es recomendable acudir a un experto en la materia para de esta forma evitar alguna sanción por parte de la DIAN.
Por otro lado, los pequeños negocios (peluquerías, tenderemos entre otros) son la otra parte de la población que se verán afectados, pues dentro de la reforma, como ya se ha anunciado, se pretenderá regular este sector, lo que en pocas palabras significa que pasarán del régimen simplificado al régimen común o a una mezcolanza de los dos. Lo anterior, se da teniendo en cuenta que independientemente del nombre que pretenda dar el Gobierno a este nuevo régimen o tributo, el objetivo final es ese. Por ello, lo más recomendable para este grupo económico será prepararse para llevar contabilidad y ser agentes retenedores de IVA, es decir, que asumirían el papel de las entidades que retienen este impuesto, como posiblemente también de los nuevos tributos de esta clase, y posteriormente presentar o entregar estas sumas de dinero retenido a la DIAN. Por lo anterior, el Gobierno también espera que este sector económico entre en el grupo de personas obligadas a presentar la declaración de renta.
Es claro que el propósito del Estado es que más personas paguen impuestos. Sin embargo, la gran diferencia que se presenta en este concepto, en comparación con países desarrollados, es que las instituciones gubernamentales de estos países buscan alternativas para establecer una equidad e igualdad en la que se abarque un gran número de personas en pro de un desarrollo mutuo. En cambio en los países pobres, este factor no es relevante sino que la favorabilidad está dirigida para el mismo grupo reducido de personas desincentivando la iniciativa de emprendimiento, aumentando la evasión e incertidumbre en el pago de tributos. Esta reforma tributaria no es la excepción. Pues es demostrable que apunta a desincentivar el sector más débil de la población y favorecer directa o indirectamente a las altas esferas de la económica local e internacional.