Las Propiedades, planta y equipo constituyen la inversión en recursos operativos a recuperar en el largo plazo por la entidad. Estas inversiones presentan periodos de recuperación normalmente prolongados, por lo que son inversiones relevantes en las que, en muchas ocasiones, la autorización para su adquisición o disposición reside en los máximos órganos directivos de la entidad.
Las Propiedades, planta y equipo como activos son recursos controlados como consecuencia de sucesos pasados que van a permitir generar beneficios económicos futuros y/o que sirven de apoyo administrativo.
La naturaleza de estas inversiones en Propiedades, planta y equipo es heterogénea. En este capítulo se dan cita activos como los inmuebles o los equipos, sometidos a riesgos de naturaleza diferente. Así, los primeros suelen experimentar procesos de revalorización mientras que los segundos se someten a un riesgo elevado de obsolescencia, especialmente si se opera en sectores tecnológicamente dinámicos.
Para gestionar estos riesgos, las entidades utilizan diversos instrumentos que les facilitan el control de los recursos por periodos limitados de tiempo, como por ejemplo los contratos de arrendamiento. Estas fórmulas de control plantean el reto de distinguir cuándo la entidad controla el recurso, es decir, tiene capacidad para dirigir su uso y retiene los riesgos y ventajas que de él se derivan, y cuándo la entidad ha contratado la recepción de un servicio.
El control de los recursos más frecuente es el título de propiedad. Este permite acceder a un dominio pleno del recurso, incluida la capacidad para poder disponer de él. La propiedad se adquiere en la mayoría de los casos por compraventa, siendo su costo el mejor indicador del valor del recurso, siempre y cuando la transacción tenga lugar entre partes independientes. Sin embargo, existen otras fórmulas de acceso a la propiedad, como la permuta o las donaciones, donde el criterio de medición debe adaptarse para ofrecer un valor relevante. Por otra parte, la propiedad no es la única vía para poder apropiarse de los rendimientos derivados de un activo. Otras fórmulas de control muy frecuentes en el ámbito mercantil son los contratos de arrendamiento y, algo menos frecuente, las cesiones de uso o los usufructos.
Tal variedad contractual determina que para este tipo de activos los criterios deben ser consistentes conceptualmente para evitar la estructuración de operaciones, en las que el arbitraje legal permita ofrecer una información que no responda al fondo económico.
Un último elemento de importancia en el registro y valoración de las Propiedades, planta y equipo viene determinado por los criterios de medición al cierre del ejercicio. El valor de estos activos es sistemáticamente trasladado a resultados a través de la depreciación y
de manera coyuntural ante el cálculo del deterioro de su valor. La medición del deterioro, dado los amplios periodos de recuperación, es compleja. Adicionalmente, la circunstancia de que los inmuebles sean activos que, lejos de perder valor, suelan apreciarse con el tiempo, determina que exista un tratamiento alternativo de medición posterior, denominado modelo de revaluación, según el cual se reconocerían a su valor revaluado (que es el valor razonable menos la depreciación acumulada menos las pérdidas por deterioro de valor que haya sufrido) y se registraría la diferencia con la valoración anterior en otro resultado integral acumulándose en el patrimonio como superávit por revaluación.
El área de Propiedades, planta y equipo es relevante en los estados financieros, por el valor que suelen representar en los sectores intensivos en capital: las modalidades contractuales son heterogéneas, lo que exige un análisis de fondo del control de los recursos y, finalmente, porque son activos con periodos prolongados de recuperación, lo que incrementa los riesgos de medición.
Este documento tiene como objetivo apoyar el estudio y entendimiento sobre el tratamiento contable de las Propiedades, planta y equipo de las NIIF completas. En ese sentido, este Documento de Orientación Técnica aporta los criterios para el reconocimiento, medición, presentación y revelación de información relevante sobre estos activos. Las soluciones adoptadas las vincularemos al marco conceptual que le otorga legitimidad técnica, contribuyendo de esta manera a un enfoque en la lectura de las normas basado en principios. El enfoque basado en principios permite resolver las decisiones de acuerdo al fondo económico y no a la forma jurídica que revista. Por otra parte, el documento aporta numerosos ejemplos donde el lector podrá tener una presentación práctica de las cuestiones abordadas.
Los elementos que integran las Propiedades, planta y equipo son activos no corrientes que van a ser usados en la actividad de la entidad y no están destinados a la obtención de rentas o a su enajenación. La Norma Internacional de Contabilidad (NIC) 16, Propiedades, Planta y Equipo es la norma de referencia de este capítulo de los estados financieros. Además de los activos descritos en dicha norma, también se incluyen los activos mineros cuya naturaleza sea la de Propiedades, planta y equipo, así como los activos biológicos que sean plantas portadoras de frutos. Finalmente, forman parte de este análisis los activos arrendados que bajo la NIC 17, Arrendamientos, deban ser reconocidos en el estado de situación financiera y su naturaleza sea similar a la de estos elementos.
Por el contrario, no forman parte de este capítulo las Propiedades de inversión (reguladas en la NIC 40, Propiedades de Inversión), el resto de activos biológicos (regulados en la NIC 41, Agricultura) o las Propiedades, planta y equipo mantenidas para la venta (regulados por la Norma Internacional de Información Financiera –NIIF– 5, Activos no corrientes mantenidos para la venta).
Además de estas normas, se encuentran referencias a la medición de los elementos de Propiedades, planta y equipo en la NIC 23, Costos por préstamos; NIC 20, Contabilización de las Subvenciones del Gobierno y NIC 36, Deterioro del Valor de los Activos, así como varias interpretaciones que se refieren a estos activos.
En general, podemos afirmar que la normativa internacional de referencia sobre Propiedades, planta y equipo es un núcleo relativamente estable fundamentado en la NIC 16, cuyos antecedentes se remontan a la norma emitida inicialmente por el antiguo International Accounting Standards Committee en 1982. Sin embargo, el registro de los arrendamientos sí es una materia objeto de una histórica controversia, debida a los significativos efectos económicos en los estados financieros anuales de determinados sectores empresariales. La discusión acerca del reconocimiento o no en el balance de los recursos controlados mediante un contrato de alquiler, incluida en 2006 por el IASB en su agenda como proyecto de modificación de la actual NIC 17, actualmente se encuentra en la fase de deliberaciones finales y su publicación se prevé muy próxima.
Este documento comienza identificando en el capítulo segundo las partidas que forman parte de este epígrafe en los estados financieros y qué activos no corrientes se identifican en líneas independientes, tal y como prescribe la NIC 1, Presentación de estados financieros. El capítulo tercero se destina a identificar los criterios que deben darse cita para el reconocimiento de los elementos de las Propiedades, planta y equipo, así como las modalidades para acceder al control de dichos elementos.
Por su parte, el capítulo cuarto aborda las particularidades de la medición de estos elementos, separando dos grandes temas, uno destinado a la medición inicial y otro a la medición posterior. Este capítulo se organiza atendiendo a las particularidades que presenta la medición ante modalidades contractuales que obligan a interpretar el concepto básico de costo de adquisición, tales como las adquisiciones con contraprestación no monetaria o las adquisiciones a título gratuito, por reseñar algunas de las más relevantes.
La medición posterior en el caso de las Propiedades, planta y equipo prevé dos tratamientos opcionales; uno de ellos es el modelo del costo y el otro, el modelo de revaluación. En ambos estudiaremos el efecto de la depreciación, que presenta particularidades en cada uno de ellos. Finalmente abordamos el test de deterioro que, por las razones anteriormente apuntadas, es un proceso especialmente sensible.
El capítulo sexto lo destinamos al retiro, bien por venta o por reclasificación ante una venta inminente. El capítulo séptimo se reserva para las cuestiones de presentación en el estado de situación financiera, fundamentalmente, pero también en el estado de resultados del ejercicio y otro resultado integral. Asimismo, también indicamos qué cuestiones deben ser reveladas en las notas. Finalizamos el capítulo octavo con un glosario de términos y de equivalencias para facilitar la lectura de términos con un contenido semántico equivalente.
Conozca el documento completo a continuación: http:Orientacion_tecnica_Completa_PPE_.pdf
Elaborado por: Paola Alexandra Vera Prieto